Cuando mi compañera de universidad me comentó que tenía una idea para conseguir dinero de manera rápida y fácil, desconfié en un primer momento. Pensé que se trataría de algún trabajo ilegal o fuera de la ley, pero nada más lejos de la realidad. Resulta que lo que quería era que hiciéramos un espectáculo porno en directo y retransmitirlo a través de internet para todo tipo de espectadores. Al principio me mostré algo reacia, pero enseguida me convenció la confianza que tenía hacia ella y la naturalidad que teníamos cuando tratábamos temas como el sexo. Por eso, finalmente accedí a participar de aquella fiesta sexual de cara al público más curioso y vicioso que existe.
No nos costó nada encontrar a un chico dispuesto a acostarse con nosotras y formar con él un trío sexual tremendamente morboso. Contactamos con un compañero de prácticas que sabíamos que también necesitaba el dinero. Accedió desde un primer momento, ya que en pocas ocasiones se ofrece la oportunidad de participar en un trío con dos mujeres y encima cobrar por ello. El caso es que ahora que ya teníamos claro nuestro objetivo, sólo nos faltaba llevarlo a cabo y disfrutar de una buena sesión de sexo loco y desenfadado. Preparamos nuestro dormitorio con todo lo necesario para crear una escena erótica de primera, colocamos la cámara de vídeo frente a la cama y empezamos el show en directo.
Para calentar el ambiente, empezamos a frotar nuestros cuerpos y a estimularnos frente la atenta mirada de nuestros primeros seguidores. Era curioso ver cómo cuanta más carne enseñábamos, más gente nos empezaba a ver. Llegó un punto en el que nos desnudamos por completo y mostramos nuestros cuerpos al natural y sin ningún tipo de tapujo. La verdad es que era un momento realmente excitante, y el morbo de saber que cientos de personas no estaban vigilando en aquel mismo momento y se estaban poniendo cachondos al vernos en acción, nos ponía más calientes todavía.
Decidimos organizarnos de modo que aquel tío nos follara a ratos a cada una de nosotras. Un momento se la estaba clavando a mi amiga, y al siguiente me la metía a mí en mi culito. Al mismo tiempo, nosotras dos nos besábamos enrollábamos en todo momento, jugando con nuestras tetas y acariciando nuestros pezones mutuamente. Vamos, que estábamos creando una escena X de primer nivel, repleta de sensualidad por los cuatro costados. Sin duda, con aquellos momentos tan placenteros nos estábamos ganando el suelo de todo un mes.
Por momentos fuimos experimentando auténticos orgasmos que reflejamos en todo momento frente a la web cam. Aquel tío nos estaba penetrando a base de bien, y ere irremediable que acabáramos corriéndonos de gusto en compañía de aquel semental. Nuestros cuerpos sudorosos se mezclaban entre sí hasta conseguir alcanzar el clímax más absoluto. Entre jadeos, gemidos y gritos de placer, terminamos aquel trío con la promesa de que muy pronto volveríamos a repetir la experiencia.
