Es un buen día para disfrutar follando con la vecina, pero sin que el marido se entere. Ella es una mujer muy sensual que apenas llega con algo de ropa interior puesta, y detrás del portón se agacha para mamarle el pene porque lo quiere ver muy erecto. En pocos momentos él la apoya contra la pared para penetrarla de pie y provocarle un placer sexual de eso que la puede llevar al orgasmo.