Aquella misma noche, Laura y Sofía iban a gozar de una sesión de sexo sin límites. Ambas llevaban saliendo desde hacía ya algunos meses, pero por cosas del trabajo, hacía semanas que no habían tenido la oportunidad de disfrutar del sexo en todo su esplendor. Los horarios imposibles, el ajetreado ritmo de vida de ambas, y la imposibilidad de disfrutar de un momento para ellas solas, habían conseguido que las ganas de folleteo fueran creciendo hasta llegar al calentón actual. Pero aquello no se podía retrasar más, y hoy mismo iban a poner remedio al asunto en cuestión.

Cuando Laura llegó de trabajar, Sofía ya se encontraba en el domicilio de ambas. Para sorprenderla, Sofía se había comprado un conjunto de ropa interior de encaje y esperaba a Laura con las braguitas y el sujetador puestos, tumbada en la cama de la pareja. Nada más verla, Laura esbozó una sonrisa de complicidad. La espera había sido duda, pero tenía claro que habría merecido la pena. Desde luego, tenía la mejor novia que una mujer pudiera tener, y pensaba recompensar a Sofía por todo el esfuerzo realizado para sorprenderla.

Al cuerpo de Sofía se le podía considerar como una verdadera obra de arte. Tenía una cinturita estrecha, unas piernas largas y esbeltas, un busto generoso y prominente, y un rostro único que llegaba a enamorar a cualquiera. Era imposible contenerse ante tal imagen, así que nada más verla sobre la cama, Laura empezó a desnudarse mientras balanceaba su cuerpo de forma sexy y provocativa. Quería regalar a su novia un striptease casero, pero altamente sensual y excitante. Por eso, primero se quitó los zapatos de tacón, para luego despojarse de sus medias. A medida que se las quitaba, se las lanzaba a Sofía, la cual las cogía al vuelo y aspiraba su aroma. Le encantaba sentir el perfume de su novia, y la mejor manera era oler su ropa más íntima. Tras despojarse de la blusa y la falda, Laura le lanzó las braguitas y su sujetador, quedándose desnuda por completo. Una vez finalizado el striptease, se lanzó como una fiera sobre la cama, dispuesta a cazar a su presa. Sofía, por su parte, también se quitó el conjunto sexy, quedándose desnuda al igual que su pareja. Ambas estaban preparadas para empezar la fiesta erótica.

Una vez que las dos chicas estaban listas para la acción, Laura se lanzó directa como una flecha a buscar el coñito de su novia. Quería chupárselo y lamérselo de arriba abajo, como si fuera un helado de fresa. Quería saborearlo bien, recorrer cada rincón con la punta de su lengua y hacer vibrar de placer a su pareja. Desde luego, se lo había merecido por la sorpresa tan grata que le había preparado. Así que sin más dilación, hundió su cabeza entre las piernas de Sofía y empezó a comerle el coño de forma totalmente entregada. De vez en cuando, colocaba sus labios alrededor de la vagina de Sofía y succionaba con fuerza. Sabía que aquello volvía completamente loca a su pareja, y quería conseguir que alcanzara el más grande de los orgasmos gracias a su habilidad para hacer un cunnilingus. Tenía tantas ganas de coño, que era imposible no hacerlo bien.

Con la puntita de la lengua, Laura acariciaba el clítoris de Sofía. Aquel punto G era la zona con más terminaciones nerviosas, y con un poco de estimulación, lograría que su pareja alcanzara el más grande de los orgasmos. Estaba convencida de ello. Por eso mismo, se entregó a fondo para hacerla vibrar de placer. Con cada lametazo que le pegaba a su dulce coñito, ella gemía y se estremecía de tanto gusto que le daba aquello. Llegó el momento en el que Sofía no pudo más, y alcanzó un orgasmo intenso y duradero. Pese a que las paredes de su vagina se cerraron de tanta excitación, Laura seguía chupando sin cesar, metiendo su lengua con fuerza y penetrándola sin descanso. Con esto, consiguió que el orgasmo de su pareja se alargara durante varios minutos, algo nunca experimentado anteriormente por las dos chicas.

Tras el orgasmo, Sofía hundió su cabeza entre las tetas de su novia y le agradeció profundamente el trabajito que le había hecho ahí abajo. No cabía duda que ahora era Sofía la que estaba en deuda con Laura, y pensaba recompensarle en tan sólo unos minutos.

CONTINUARÁ…

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